Páginas

viernes, 30 de abril de 2010

¡Muerde!


Rabia por una mordida

Siendo niño pertenecí al Movimiento Scout. Ahí nos enseñaban, entre otras cosas, la importancia de la “Buena Acción” que consistía en realizar todos los días actos generosos y nobles, como recoger algún papel en la calle y botarlo en la papelera, ayudar en la casa a lavar platos, cuidar la fauna y la flora, ayudar a alguna persona anciana o impedida a cruzar la calle, etc. Me gustaba mucho cumplir esa tarea.

Un día caminaba por una calle de la ciudad de Coro y vi a un perro tirado en plena vía sin poder moverse. Estaba herido, un carro lo había atropellado y tenía rotas las dos patas traseras, los vehículos le pasaban muy de cerca y mi temor era que lo mataran porque era imposible que él solo pudiera levantarse.

Vi allí una gran oportunidad para hacer la “Buena Acción” y como buen Scout detuve el tráfico, me dispuse a rescatar al perro herido y ponerlo a salvo para entablillarle las patas. Yo nunca había entablillado a nadie pero el “Manual Scout” decía cómo hacerlo. Con mucho amor y entrega me acerqué, lo agarré pero me clavó los dientes en las manos... Inmediatamente me llevaron a la Sanidad y me inyectaron contra la rabia, aunque la rabia por la mordida no se me quitó con la vacuna.

Durante mucho tiempo no entendí por qué el perro me había mordido si yo sólo quería salvarlo y no hacerle daño, no sé que pasó y no me lo pude explicar. Yo quería ser su amigo, es más, pensaba curarlo, bañarlo, dejarlo para mí y cuidarlo mucho. Esta fue la primera decepción que sufrí por intentar hacer el bien, no lo comprendí. Que alguien haga daño al que lo maltrata es tolerable, pero que trate mal a quien lo quiera ayudar no es aceptable.

Pasaron muchos años hasta que vi claro que el perro no me mordió, quien me mordió fue su herida; ahora si lo entiendo perfectamente.


Cuando alguien está mal, no tiene paz, está herido del alma y si recibe amor o buen trato: ¡Muerde! Pero él no hunde sus dientes, es su herida la que los clava.

Comprende el malestar de las personas que te rodean. Cuando alguien te grita, te ofende, te critica o te hace daño no lo hace porque te quiere mal sino porque está herido, está herido del alma, se siente mal o algo malo está pasando por su vida. No te defiendas, ni contraataques o lo critiques, más bien compréndelo, acéptalo y ayúdalo.

Ahora lo entiendo...


Anthony Pavesi






6 comentarios:

  1. Esto es empatía,amiga.Ojalá todos la tuviéramos,el mundo iría mejor,porque diculparíamos y la energía positiva renovaría nuestro mundo.
    Mi felicitación y mi abrazo.Feliz fin de semana.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  2. Rosi: a mi también me parece hermoso el mensaje, parece que la clave está en la reflexión, que es justamente lo que suele hacer la diferencia.
    Besos
    Ro

    ResponderEliminar
  3. María de Jesús: Empatía, que buena palabra que abraza a otro y otros, significacdo incluyente y solidario.
    Gracias te deseo un feliz finde
    Abrazos
    Ro

    ResponderEliminar
  4. Qué hermoso texto y qué gran enseñanza nos transmite, ojalá que la bondad y la empatía que mencionáis no abandonen nunca nuestros corazones. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Cati: Así es amiga, ojala viviéramos más en conciencia con nosotros mismos, por que el resultado sería comprender y empatizar con los demás, para bien y para mal todo comienza en 'casa' y seremos el resultado de como nos tratamos a nosotros mismos, lo que pensamos y sentimos se refleja en otros.
    Te quiero, gracias por tus palabras.
    Ro

    ResponderEliminar

Photobucket

Bruja Curandera

Enlace

"Aún una vida feliz no es factible sin una medida de oscuridad, y la palabra felicidad perdería su sentido si no estuviera balanceada con la tristeza. Es mucho mejor tomar las cosas como vienen, con paciencia y ecuanimidad"

〜※Carl Jung※〜