Madeleine mira fijamente la bufanda en el cuello del maniquí en aquel escaparate, cree que si se concentra lo suficiente logrará hacerla caer con el poder de su mente, “cae, cae a la derecha, vamos…” y sorprendida observa como se desliza hasta caer sobre la nieve simulada del decorado invernal, ¡no puede ser!, seguro ha sido la casualidad, pero secretamente admite que lo ha logrado, perpleja aun por aquel incidente se dirige al metro. Las preguntas se agolpan en su cabeza, y aunque admite lo de la bufanda, aun duda de su poder mental, -eso me lo responderé ahora mismo- pensó, metió la mano al bolsillo de su pantalón y sacó un viejo boleto de metro que en repetidas ocasiones no había aceptado la máquina, obligándola a salir de la fila y comprar otro, no sabía por qué lo había conservado, pero esta vez ordenó a la máquina que lo aceptara: “acéptalo, te lo ordeno”, repitió mentalmente algunas veces mientras lo introducía, con sorpresa el boleto fue engullido por aquel torniquete mecánico, sonrió satisfecha.
El resto de la semana todo fue practicar y practicar con cosas a su alcance, -“minino sube a mis piernas”-, y el minino asombrosamente obedeció, cualquiera que tenga un gato sabe que eso es casi imposible.
Todos los electrodomésticos averiados, fueron obligados a funcionar de nuevo, solo faltaba practicar sus nuevos poderes mentales con su prometido, así que el sábado como siempre iría a esperarlo a la estación. Finalmente todo plazo se cumple y llegado el día, la chica se enfundó aquel abrigo rosa que a su chico le gustaba y se dirigió a la estación del tren, impaciente aguardó, estuvo a punto de ordenar que el tren adelantara su llegada, pero no quiso tentar al destino con semejante ocurrencia, y esperó el arribo oportuno del tren y ya de paso darse tiempo para cavilar las preguntas que haría a su prometido. ¿Qué chica no quiere horadar las gruesas cortezas de los secretos de su chico? Pensó que lo principal era saber si realmente el la amaba tanto como ella a él, si le era fiel, si quería casarse en primavera, qué le disgustaba de ella, si pensaba que realmente era hermosa y mas preguntas que de solo pensarlas la hicieron soltar una gran carcajada ante la mirada intolerante de una pareja de ancianos que le censuraron con la mirada sin el menor disimulo, ¡que les den! Pensó, ¡jo! Ahora debía estar en verdadera conciencia de lo que pensaba… ¡no!, -corrigió de inmediato- quiero decir que no importa, que son un par de abuelos “adorables”.
A la distancia la silueta del tren se comenzó a dibujar, Madeleine se mojó los labios, y adornó su rostro con una sonrisa adorable. Andreu bajo del vagón con desgano, se dirigió a la banca donde siempre era esperado, Madeleine notó aquella actitud, pero en una mujer enamorada, es difícil que la objetividad este presente, además lo había echado tanto de menos que emocionada extendió los brazos y exclamó “cariño” y se colgó de su cuello llenándolo de besos…
-venga, ¡para ya!
-¿me echaste de menos?, ¿que tal el viaje?, ¿todo bien por la universidad?
- que quieres que te responda primero, ¡que me agobias con tantas preguntas!
La decepción de Madeleine asomó a su rostro, a él pareció no importarle
-pero Andreu… ¿que ocurre?
-que quieres que te diga, me fastidia viajar cada fin de semana y volver aun mas cansado…
-ya
Madeleine le miró fijamente, repitiendo en su interior: “contesta solo la verdad, contesta solo la verdad”
-¿tu me quieres?
-pues, solo un poco
-¿te quieres casar conmigo?
-no… me das pena, siento lastima y no tengo corazón para dejarte. Al principio me gustaba llevarte a la cama, pero eso era todo, lo demás te lo has inventado tú, además no eres mi tipo, a mi me gustan las chicas como Salma Hayek…
Andreu sorprendido se llevó las manos a la boca tratando de parar aquel torrente de confesiones, no daba crédito a lo que salió de su boca
-¿Qué es esto?
Ella, con la mirada clavada en el entrecejo de Andreu respondió:
-“se llama decir la verdad”, ¿extraño no?, tú solo sabes mentir, ¡no me sorprende que no le conozcas! Eres un farsante, me has hecho perder el tiempo, he vivido engañada, ¡te odio!, ¡muérete maldito embustero!
La imagen de los ojos desorbitados de Andreu yaciendo en el piso del andén, acompañó a Madeleine durante 10 minutos… después lo olvidó.
Ro
Conoce la moraleja que recibí por correo
Un buen relato, Ro...
ResponderEliminarMuchos besos.
Sakkarah: Dedicado a la Madeleine que llevamos dentro...
ResponderEliminarCariños y gracias.
Ro
Muy interesante tu relato Ro..
ResponderEliminarEsa fuerza para conseguir todo lo que uno se propone,no siempre es buena para la humildad,que nos ayuda a seguir aprendiendo y a superarnos,siendo conscientes de nuestros límites..!!
Mi gratitud y mi abrazo,amiga.
M.Jesús
María de Jesús: Un poco de proyección del subconsciente de vez en cuando viene bien.
ResponderEliminarComparto tu opinión.
Abrazo a la distancia
Ro
Muy bueno me gustó, aunque la verdad le doliera más vale eso que vivir siempre en la mentira con los ojos cerrados, y engañada.
ResponderEliminarun besito guapa
Sabes que no sabia que tenias este foro? no encontraba este relato cuando me lo dijiste en el facebook, ahora ya te tengo fichada jajaja
un beso
Antares: Es así, creo que lo que indignó a Madeleine es que su chico mintiera tanto tiempo, y que gracias al poder mental, ELLA lo "obligó" a decir la verdad, que por él mismo nunca dijo, se ocupó de darle a Madeleine una relación VIOLENTA con sus actitudes, con su trato hacia ella... así Andreu se gano ser recordado únicamente 10 minutos, y en mi opinión esos minutos son toda una DEFERENCIA de parte de la protagonista. La mentira en una relación de pareja, es la muerte del amor.
ResponderEliminarEso pienso, pero es solo mi opinión.
Cariños domingueros.
Ro
Pues tienes razón Ro, me ha gustado mucho, sorprendente y original...
ResponderEliminarA veces da miedo saber la verdad, es duro que te digan la realidad a la cara. seguro que más de uno nos llevaríamos una decepción, porque creo que hoy en día la gente miento mucho, para sobrevivir, para autoengañarse tal vez. Muy interesante entrada, vale la pena pensar en ello, no sé qué haría en su lugar...bueno MIENTO..sí lo sé ;)
Besos Rooooooooo
Hola Fail: A ninguna chica le gusta ser engañada y mucho menos por tu pareja.
ResponderEliminarPero como solo se trata de un relato, no hay nada de que preocuparse jejejeje
Un abrazo amiga
Ro
-Os comparto este comentario de Toninho-
ResponderEliminarNo es un pensamiento, es una opinión. Mentir es lo peor en la vida, ¿a quien le gusta vivir una realidad falsa? ¿Preferirías que tu pareja te engañara y que te mintiera a saber la verdad y romper, pero después encontrar a quien te ame y no te mienta? La frase de Arjona: "Una mentira que te haga feliz, vale más que una verdad que te amargue la vida"; ¡ES UNA MIERDA! Saber la verdad te hace madurar, te hace saber y conocer más de la vida y de las personas. No hay mentiras blancas o negras, ni piadosas o mal intencionadas; todas son simplemente mentiras y hacen daño, ya sea en mayor o menor cantidad. No hay mentiras que salven vidas, hay mentiras que las prolongan, pero que a la larga cuestan aun más vidas. Tal vez la verdad te haga pasar malos ratos, pero después te hace disfrutar de los mejores porque sabes que son reales y que nada se oculta detrás de ellos. Suerte para quienes crean que la mentira es buena o es una opción (no lo es).
Toninho
Con todo mi afecto para mi amiga Ro;
ResponderEliminarDe nuevo estamos
visitando y leyéndonos
los espacios
Compartiendo sentimientos
en poéticos encuentros
y sentida emoción
Abriendo el corazón
al amigo más cercano
con respeto y admiración
Somos aves que viajamos
hoy presentes estamos
mañana no lo cuestionamos
Estos momentos
aún siendo segundos
deben de ser estimados
No olvidando
la huella que me has dejado
siempre que a tu lado
he estado.
Siendo muy apreciado
por el tiempo que me has dedicado
en cada momento que he visitado
María del Carmen
Marí Gata Coqueta: Gracias amiga por tu visita a este espacio que también es tuyo.
ResponderEliminarMi cariño
Ro
Muy bueno el final, Ro, no lo esperaba, yo tampoco comparto la creencia general de que ojos que no ven, corazón que no siente, ni siquiera en escenas tan sublimes (y patéticas) como en la película JOhnny Guitar cuando ella le decía, dime que me quieres aunque sea mentira. Un abrazo.
ResponderEliminarCati: Ya estuvo bien de darle al publico finales ñoños y moralistas, lo cierto es que somos humanos y los pensamientos son tan vehementes como las emociones, así que el final tenía que ser congruente con la personalidad de los personajes (el pasota y la 'princesa') jejejeje
ResponderEliminarEn la película de Johnny Guitar y la chica implorando que le mientan... solo puedo diagnosticar una terrible y dañada auto estima, si que por desgracia existe, tanto asi que es llevada al cine.
Un beso, gracias por tu comentario, ¡voto por los finales congruentes!
Mi cariño
Ro