lunes, 27 de diciembre de 2010
Rudyard Kipling "If"
viernes, 24 de diciembre de 2010
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Notas de la Bruja Curandera
martes, 21 de diciembre de 2010
¡Ave Sol Invictvs!
Como Bruja Curandera no tengo vacaciones, estoy al tanto de los solsticios y equinoccios, eclipses y estrellas que con sus desplazamientos y destellos nos envían mensajes que señalan tiempos para conectarnos a sus energías, y realizar los rituales que maticen nuestro designio.
Por ejemplo veremos en México el eclipse lunar a las 12:32 a.m. hora del centro de este día 21.
Asimismo, este martes 21 es el solsticio de invierno, el cual marca el punto donde el Sol está más al sur en su trayectoria anual a lo largo del horizonte. También es el día más corto del año en el hemisferio norte, donde marca el comienzo de invierno. Es el día también en que se produce la luna llena.
El miércoles 22, tres estrellas brillantes flanquean a la Luna conforme ascienden a mediados de la noche. Castor y Pólux, los "gemelos" de Géminis, están a la derecha superior de una Luna menguante, con Castor más alto en el cielo. Y más lejos a la derecha inferior de la Luna está Proción, la "pequeña estrella perro".
El jueves 23, mientras el crepúsculo se desvanece, el zodiaco se arquea alto a través del cielo en el sur. Es un sendero de constelaciones con una cosa en común: la trayectoria del Sol a través del cielo atraviesa sus bordes, así que el Sol pasa a través de cada una de esas constelaciones durante el año y en estas fechas esta a punto de completar un ciclo más.
El viernes 24, la mitología cristiana afirma que fue un día como este, cuando una estrella señalo a tres reyes magos de oriente el lugar de nacimiento del Mesías; la estrella de Belén.
¡Ave Sol Invictus!
Bruja Curandera
Magia para el solsticio de Invierno
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✬clic✬
lunes, 20 de diciembre de 2010
¿Escribimos como hablamos?
Palabras soeces
Hay personas que cuando hablan se expresan con palabras malsonantes, soeces o aquellas que coloquialmente denominamos "tacos".
No está justificado en ningún momento, por mucho que algunas personas piensen que si, el utilizar este tipo de palabras subidas de tono o groseras. No por ello damos más carácter a nuestra personalidad, sino todo lo contrario, quedamos como verdaderos mal hablados.
No es justificable utilizar palabras de este tipo, ni en ambientes formales, ni informales (por ejemplo en el seno de la familia); en el ámbito familiar debemos tener una consideración y dar buen ejemplo a nuestros hijos o menores que se encuentren presentes. Los niños lo "almacenan" todo y luego es fácil que los repitan.
No debemos usar palabras mal sonantes ni para expresarnos ni para "atacar" a terceras personas, es decir, utilizarlas como insulto. No es correcto ni educado.
Si queremos dar énfasis a nuestras palabras podemos utilizar nuestro rico vocabulario para hacerlo, pero no recurramos a palabras fáciles y ordinarias. Y tampoco a expresiones cursis, que no hagan parecer unos mojigatos.
Tampoco, aunque no sean tacos, podemos utilizar palabras ofensivas para otras religiones, razas o culturas, palabras que ofenden. Hay que tener mucho cuidado con lo que se dice y como se dice. Como decían nuestros padres a veces ofende más la música (como se dice) que la letra (lo que se dice).
Palabras habituales utilizadas con malas maneras, pueden ser también muy molestas.
domingo, 12 de diciembre de 2010
Tarde de invierno
Era una tarde de invierno como cualquier otra, a las seis la oscuridad comenzaba a cubrir la ciudad, apuró el paso al cruzar la explanada aunque sabía que tenía suficiente tiempo para su cita con el reloj checador, ese biométrico que tanta aprensión le provocaba, por no mencionar la repulsión de imaginar la cantidad de porquerías microscópicas que van quedando con tantas manos derechas que se posan durante los asqueantes turnos laborales, partidos en tantas fracciones de tiempo, que el propio autor de semejante disparate, y padre de la explotación de los necesitados trabajadores, no se atrevería a dejar sus huellas digitales en aquel hervidero insalubre, ‘maldito hijo de probeta’ –masculló- mientras el viento frío envolvía su acelerado paso.
Ya estamos, a ver… número de trabajador pip pip pip y ahora la mano… luz verde… hecho.
Lo que seguía no era menos agradable un galerón mal iluminado y sin ventilación que acogía a sabe dios cuantas almas intentando trabajar en aquel aire viciado cargado de humor humano, olor de comida, estornudos, toses, gases, que al mezclarse con el aroma de los limpiadores y desinfectantes de los baños que flanqueaban la entrada, semejaban en su imaginación a las cámaras de gas de la Segunda Guerra Mundial. No podía evitar sentir escalofrío al pasar por el lugar donde se sentaba la ahora difunta Laura, que causalmente era a dos espacios del más reciente de los decesos, otro trabajador que falleció de súbito hacía pocas semanas.
Aquella oficina era desagradable aunque menos tétrica a la luz del día, pero de noche, daba repelús a la par de otras sensaciones; ni hablar lo que hay que hacer para ganarse algunas perras y medio subsistir en un país tercermundista -pensó-. Al fondo, hasta llegar a la pared estaba su mesa, era una hazaña abrirse paso entre tantos ventiladores, finalmente llegó a su escritorio; casi en automático encendió su ordenador y se dispuso a hacer su trabajo. Sin prestar atención a lo que sucedía mas allá de su monitor de rayos catódicos, podía escuchar como poco a poco se incorporaban los habitantes de los demás escritorios, entonces cuando mas absorta se encontraba en sus tareas… sobrevino un apagón. Todo quedo tan oscuro que no podía ni mirar su propia mano, ¡ay no inventes!, -se dijo asimisma-, aguardó mientras su vista trataba de acostumbrarse a semejante ausencia de luz, instintivamente buscó su teléfono móvil, sabia que la pantalla era suficientemente luminosa como para poder dar paso y buscar la salida, pero fue inútil no logro descubrirlo dentro de su bolso, en la búsqueda pudo definir el monedero, los pañuelos desechables, la cigarrera, la cámara digital y una serie de objetos que le hicieron prometerse vaciar el bolso cuando llegara a casa, y depurar su contenido; pero lo cierto es que trataba de mantener su mente ocupada mientras intentaba explicarse que podía provocar aquel sutil roce en su pierna que le ponía los pelos de punta. De inmediato pensó en aquellos espacios vacíos de los compañeros muertos, y en las historias sobre haberlos visto algunas tardes convertidos en oscuras sombras que de vez en vez, caminaban entre los absortos empleados. Dio un manotazo pretendiendo dejar de sentir aquello en su pierna, instintivamente abrió su portátil y la pequeña pantalla de su mini lap dio una tímida luz a su entorno, miro rápidamente hacia su pierna, una sombra se desplazó debajo de su escritorio, ¡juraría que era una cabeza! ¡Ay dios mío y yo que estoy hasta el fondo de la oficina, ay ay ay! –Dijo en voz quebrada por el miedo-
A toda prisa recogió su material de trabajo y con la mini lap abierta comenzó a caminar hacia la salida, apenas podía ver el suelo, a cada paso escuchaba susurros sin lograr distinguir palabra alguna... pensó -¿de donde salen esos murmullos?- si ya todos han abandonado la oficina.
Intuyó que pasaba por el lugar donde los dos compañeros muertos solían sentarse y algo la hizo girar su cabeza y mirar, dos sombras se acercaron y un zumbido taladró su cerebro no pudo distinguir lo que aquellas bocas dijeron:
"¡feliz cumpleaños!"
Y las luces se encendieron, pero para ella era demasiado tarde, yacía en el suelo victima de un fulminante ataque al corazón… las sombras habían llegado antes que aquel pastel.
Ro
sábado, 4 de diciembre de 2010
Relato irónico
Sentada tranquilamente, sostiene aquel libro que ella encontró casi por casualidad en el sótano de una extraña librería, en un día cualquiera se vio bajando los peldaños hasta quedar admirada y sobrecogida por aquel espacio poco iluminado y misterioso repleto de libros que por alguna razón estaban fuera de la vista de los demás; ahora atesora aquel ejemplar que sabe aconsejarla y lee:
“Cuando empezamos a tomar responsabilidad por nuestra propia vida, dejamos de lado la actitud y posición de víctimas de la vida, de las circunstancias, de las personas, etc. Es entonces cuando empezamos a recuperar el poder que tenemos de crear de manera consciente nuestras propias experiencias; poder que siempre tuvimos, pero fuimos inconcientemente incapaces de utilizarlo, creábamos experiencias poco satisfactorias, pensando que la vida simplemente transcurría, que éramos víctimas de las circunstancias, o que la suerte no iba de nuestro lado”.
Cuánta razón encerraban aquellas palabras, el dolor de su espalda parecía molestar menos ahora, esa lectura había dado en el blanco.
Ro
Sigue este: 'Mensaje con dedicatoria'