El enciende un cigarrillo, mira la cabeza despeinada de ella que ahora descansa sobre su pecho… piensa, y calcula el tiempo que le llevará reponer fuerzas para su nuevo encuentro amoroso en otro punto de la ciudad, con otra mujer, sonríe, entonces ella lo percibe, sus miradas se encuentran, se pierde de nuevo en sus ojos, siente correspondida, suspira de amor…
Así esta escrita la historia cultural que nos ha visto crecer, idealizar la relación afectivo-sexual, cantar al amor y sufrir el desengaño.
Confío en que las "Princesas" desaparezcan y nazca la mujer de inteligencia emocional. La única magia para cambiar, esta en la EDUCACIÓN.
Abrazo fraternal a mi género.
Ro
Pues no sé qué decirte, Ro...No sé si es una cuestión de educación, o más bien de forma de ser, pero conozco casos de mujeres ciegas que no ven (o no quieren ver) la triste realidad, y siguen soportando un desengaño tras otro, pensando que él ya cambiará...Y la única certeza es que ellas no cambian.
ResponderEliminarUn abrazo emocional!
Hola Mercedes: Me pregunto ¿Cómo he aprendido que es el amor?, ¿Cómo es que aprende un niño que ciertas situaciones, palabras, son ofensivas? – ¿y como debe reaccionar ante eso? Si cualquiera de nosotros hace un poco de memoria y observa a los niños, se dará cuenta como es que aprendimos. Cómo debíamos ser agradables a los demás, corteses, etc., asociando estas actitudes con emociones… lo que en un país esta socialmente aceptado, seguramente en otro no, de nuevo cuestión cultural= de crianza.
ResponderEliminarY los estereotipos masculinos y femeninos…
¿Por qué los hombres infieles son más ‘aceptados’ socialmente que la mujer infiel? – si finalmente la infidelidad es hacia uno mismo, es falta de honestidad, habla de la persona y su mal colocados “valores”, que es alguien en quien no se puede confiar en ningún ámbito por que el principio sigue siendo el mismo: es desleal consigo mismo=lo es con los demás…
Tema que da para mucho, tal vez sigamos después.
Hasta otra
Ro