Frustración
(Eloy Mon)
No podía matarla. No podía matarla.
No podía matarla. Ya estaba muerta.
Personales, Antología, Notas de mi Taller de Narrativa
Raúl Sánchez Quiles
MARÍA CRISTINA FALERONI
http://cristinafaleroni.
http://vistadearte.blogspot.
ARGENTINA.
Gracias a María Cristina Faleroni, escultora y pintora argentina, por el reconocimiento que otorga al Blog “Tallando Lápiz”.
Es un honor recibirlo de alguien cuyos ojos están habituados a mirar arte y belleza.
Teté Chávez Varela
Quiero dar inicio a una serie de cuentos nacidos de las creativas mentes de mis compañeros de taller, que reconozco como personas sencillas, ingeniosas, francas y alegres como suelen ser la mayoría de los acapulqueños, y que se diferencian del resto por su inquietud creativa que nos hermana.
Creo que casi todos arribamos al taller sin saber dar forma sobre el papel a ese torrente de ideas por el que navegamos. La labor de nuestro querido “Pro” Gustavo Martínez Castellanos, es encomiable por muchas razones… Nos guía respetando las tendencias y estilos de cada uno, y plasmarlo de manera acertada, también reconozco, que la pericia de algunos lo enorgullecen con sus creaciones, ganando premios en certámenes estatales y nacionales; y otros diremos con satisfacción que es nuestro profesor y que aun nos “estamos cocinando”.
La participación de cada miembro en el taller es definitiva para el pulimento de las obras que cada cual presenta semanalmente, desde aquí mi gratitud a todos.
El genero literario que trabajamos es el Cuento principalmente, como han podido constatar en este blog por las notas que con frecuencia posteo, el cuento es realmente laborioso y “tallarlo” hasta convertirlo en una perfecta esfera es un arte que se conquista con la experiencia y tallando lápiz.
Esta es el alma ambiciosa de nuestro taller, que se inclina a esa piedra preciosa de la narrativa difícil de labrar, el Cuento.
Y continuamos... ¡Tallando Lápiz!
Vengo desde el ayer desde el pasado oscuro y olvidado con las manos atadas por el tiempo con la boca sellada desde épocas remotas.
Vengo cargada de dolores antiguos, recogidos por siglos, arrastrando cadenas largas e indestructibles.
Vengo desde la oscuridad, del pozo del olvido con el silencio a cuestas, con el miedo ancestral que ha corroído mi alma desde el principio de los tiempos.
Vengo de ser esclava por milenios, esclava de maneras diferentes:
sometida al deseo de mi raptor en Persia, esclavizada en Grecia bajo el poder romano, convertida en vestal en las tierras de Egipto, ofrecida a los dioses en ritos milenarios vendida en el desierto o canjeada como una mercancía.
Vengo de ser apedreada por adúltera en las calles de Jerusalén por una turba de hipócritas, pecadores de todas las especies que clamaban al cielo mi castigo.
He sido mutilada en muchos pueblos para privar mi cuerpo de placeres y convertida en animal de carga, trabajadora y paridora de la especie.
Me han violado sin límite en todos los rincones del planeta sin que cuente mí
edad madura o tierna o importe mi color o mi estatura.
Debí servir ayer a los señores, prestarme a sus deseos, entregarme, donarme,
destruirme, olvidarme de ser una entre miles.
He sido barragana de un señor en Castilla, esposa de un marqués y concubina de un comerciante griego, prostituta en Bombay y en Filipinas y siempre ha sido igual mi tratamiento.
De unos y de otros siempre esclava, de unos y de otros dependiente, menor de edad en todos los asuntos, invisible en la historia más lejana y olvidada en la
historia más reciente.
Yo no tuve la luz del alfabeto. Durante largos siglos aboné con mis lágrimas la tierra que debí cultivar desde mi infancia.
He recorrido el mundo en millares de vidas que me han sido entregadas una a una. Y he conocido a todos los hombres del planeta. Los grandes y pequeños, los bravos y cobardes, los viles, los honestos, los buenos, los terribles; Mas casi todos llevan la marca de los tiempos.
Unos manejan vidas como amos y señores, asfixian, aprisionan y aniquilan.
Otros dejan almas comercian con ideas, asustan o seducen, manipulan y oprimen.
Yo los conozco a todos, estuve cerca de unos y de otros, sirviendo cada día, recogiendo migajas, bajando la cerviz a cada paso, cumpliendo con mi karma.
He recorrido todos los caminos, he arañado paredes y ensayado silencios tratando de cumplir con el mandato de ser como ellos quieren mas no lo he conseguido.
Jamás se permitió que yo escogiera el rumbo de mi vida. He caminado siempre en una disyuntiva ser santa o prostituta.
He conocido el odio de los inquisidores que a nombre de la santa madre iglesia condenaron mi cuerpo a su servicio y a las infames llamas de Lahiguera.
Me han llamad de múltiples maneras: bruja, loca, adivina, pervertida, aliada de Satán, esclava de la carne, seductora, ninfómana, culpable de los males de la tierra.
Pero seguí viviendo, arando, cosechando, cosiendo, construyendo, cocinando, tejiendo, curando, protegiendo, pariendo, criando, amamantando, cuidando
y sobre todo amando.
He poblado la tierra de amos y de esclavos, de ricos y mendigos, de genios y de
idiotas, pero todos tuvieron el calor de mi vientre, mi sangre y su alimento y se llevaron un poco de mi vida.
Logré sobrevivir a la conquista brutal y despiadada de Castilla en las tierras de América pero perdí mis dioses y mi tierra y mi vientre parió gente mestiza después que el amo me tomó por la fuerza.
Y en este continente mancillado proseguí mi existencia cargada de dolores cotidianos, negra y esclava en medio de la hacienda me vi obligada a recibir al amo cuantas veces quisiera sin poder expresar ninguna queja.
Después fui costurera, campesina, sirvienta, labradora, madre de muchos hijos miserables, vendedora ambulante, curandera, cuidadora de niños o de ancianos, artesana de manos prodigiosas, tejedora, bordadora, obrera, maestra, secretaria, enfermera.
Siempre sirviendo a todos, convertida en abeja o sementera cumpliendo las tareas más ingratas moldeada como cántaro por las manos ajenas.
Y un día me dolí de mis angustias un día me cansé de mis trajines, abandoné el desierto y el océano, bajé de la montaña, atravesé las selvas y confines y convertí mi voz dulce y tranquila, en bocina del viento en grito universal y enloquecido.
Y convoqué a la viuda, a la casada, a la mujer del pueblo, a la soltera, a la madre angustiada, a la fea, a la recién parida, a la violada, a la triste, a la callada, a la hermosa, a la pobre, a la afligida, a la ignorante, a la fiel, a la engañada, a la prostituida.
Vinieron miles de mujeres juntas a escuchar mis arengas, se habló de los dolores milenarios, de las largas cadenas que los siglos nos cargaron a cuestas.
Y formamos con todas nuestras quejas un caudaloso río que empezó a recorrer el universo ahogando la injusticia y el olvido.
El mundo se quedó paralizado los hombres y mujeres no caminaron se pararon las máquinas, los tornos, los grandes edificios y las fábricas ministerios y hoteles, talleres y oficinas, hospitales y tiendas, hogares y cocinas.
Las mujeres, por fin, lo descubrimos. ¡Somos tan poderosas como ellos y somos muchas más sobre la tierra! ¡Más que el silencio y más que el sufrimiento! ¡Más que la infamia y más que la miseria!
Que este canto resuene en las lejanas tierras de Indochina en las arenas cálidas del África, en Alaska y América Latina, llamando a la igualdad entre los géneros a construir un mundo solidario –distinto, horizontal, sin poderíos a conjugar ternura, paz y vida, a beber de la ciencia sin distingos
A derrotar el odio y los prejuicios, el poder de unos pocos, las mezquinas fronteras, a amasar con las manos de ambos sexos el pan de la existencia.
Atribuido a XahOlg
El libro titulado en inglés "The Strain" o "Nocturna" trata sobre cómo se empieza a dispersar un virus que convierte a las personas en vampiros poniendo en peligro la supervivencia de la humanidad.
La obra, escrita con la colaboración del autor estadounidense Chuck Nogan, forma parte de la denominada "Trilogía de la oscuridad", que continuará con los títulos, "Oscura" y "Eterna", que se espera salgan publicados en los próximos dos años.
"Nocturna" arranca con la llegada de un avión procedente de Berlín al aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York. Sin embargo, tras el aterrizaje nadie desciende de la nave.
Cuando un equipo de emergencia accede al interior, descubre que todos sus ocupantes están muertos. El episodio da lugar a la epidemia de un virus que convierte los seres humanos en vampiros, iniciando una batalla entre ellos, que mezcla ciencia, astronomía, religión y esoterismo.
YO AHORA SOBREPASO MI TRADICION FINANCIERA FAMILIAR. Yo honro las raíces de mi familia. Yo reconozco la lucha y el sacrificio de mis padres y sus padres. En agradecimiento a todo lo que se me ha dado, yo ahora doy un salto a territorio desconocido. Yo exploro un nuevo mar de prosperidad. A partir de los logros de mi familia, supero su historia financiera y abrazo el éxito ilimitado. Gracias, Dios"
✬Bob Mandel✬
Por muy oscuro que esté, tengo la certeza de que volverá a brillar la luz.
Acepto lo que no puedo cambiar. Ya se trate de mí mismo, de otras personas o de las circunstancias, sé que necesito armarme de paciencia. La situación puede prolongarse.
La solución que yo adopte no tiene que ser la tuya. Elijo la que me libera de mis propias expectativas y de las expectativas de los demás, de todas las ideas preconcebidas acerca de cómo deberían ser idealmente las cosas.
Me permito sentir ira y tristeza o tener miedo. Pero no estoy a merced de mis sentimientos. Les doy espacio y decido cuándo es hora de pasar a otros pensamientos y cambiar el estado de ánimo.
Asumo la responsabilidad sobre mí mismo. Nadie más determina qué es lo que yo pienso, siento y hago. Soy yo quien configura mi propia vida.
No estoy solo. Si no me obstino en esperar o en estar dispuesto a recibir ayuda de ciertas personas, permanezco abierto a ofertas inapropiadas. Poder introducir una diferencia positiva en la vida de otras personas me fortalece a mí mismo.
Sea cual sea lo que deje a mis espaldas y con independencia de lo importante que pueda ser, tengo un futuro para el que pueda prepararme interiormente. Mis expectativas determinan de algún modo lo que esté por venir.
Todo lo que he vivido es mi capital, le pertenece a mi persona y a mi vida, No repetiría voluntariamente todas las experiencias, pero tampoco quisiera prescindir de ellas, porque sin ellas yo sería otra persona. Lo que soy y la manera en que puedo cambiar está íntimamente relacionado con lo que fui (y con lo que fue).
M. Gruhl, “El arte de rehacerse: la resiliencia“